Dolores invernales: mitos, realidades y cómo enfrentarlos.
Cuando el invierno llega, no solo aparecen los suéteres y las bebidas calientes; también surgen esos molestos “dolores invernales”. Ya sea que sientas la espalda más rígida que un muñeco de nieve o que cada paso te haga sentir como un pingüino, es momento de desenredar los mitos de esta temporada y darte algunas herramientas para pasarla mejor.
Mitos invernales que debes dejar en el congelador
“El frío te da artritis”:
¡Falso! Aunque el frío puede intensificar la percepción del dolor en las articulaciones (especialmente en quienes ya tienen problemas), no lo causa. Lo que sí puede afectar es el cambio en la presión atmosférica, que genera esa sensación de rigidez.
“Estar bajo las cobijas todo el día es lo mejor para el dolor”:
Aunque suena tentador, la inactividad prolongada puede empeorar el dolor muscular. ¡Levántate y muévete! Tu cuerpo te lo agradecerá.
“Un masaje caliente lo cura todo”:
Si bien el calor alivia temporalmente el dolor muscular, no siempre resuelve el problema de raíz. A veces, la verdadera solución está en el movimiento guiado por un fisioterapeuta.
Realidades de los dolores invernales
El frío afecta la circulación: Esto puede hacer que los músculos y articulaciones se sientan más rígidos.
Las caídas aumentan en invierno: La combinación de poca movilidad y suelos resbaladizos puede ponerte en aprietos.
El estrés y la postura empeoran el dolor: Encogerse frente al frío puede generar tensiones que ni la bufanda más cómoda podrá resolver.
Tips para enfrentar el invierno como un campeón
Haz un calentamiento mañanero:
Dedica 5-10 minutos a estiramientos suaves al despertar. Es como darle un café caliente a tus músculos.
Abrígate bien (pero no exageres):
Usa ropa térmica que permita el movimiento. Estar encorvado por capas innecesarias solo aumenta el dolor de espalda.
Mantente activo:
Camina dentro de casa, sube escaleras o haz yoga suave. El movimiento es el mejor antídoto para la rigidez.
Cuida tu postura:
Si trabajas frente a una computadora, asegúrate de ajustar tu silla y monitor para evitar tensiones.
Hidrátate:
Aunque no sientas tanta sed en invierno, tus músculos necesitan agua para funcionar bien.
La fisioterapia: tu mejor aliada contra los dolores invernales
Si a pesar de todo sientes que tus músculos y articulaciones están “congelados” en dolor, es hora de darle una oportunidad a la fisioterapia. Un fisioterapeuta profesional no solo te ayudará a aliviar molestias, sino que también te enseñará a prevenirlas en el futuro.
Recuerda: el frío puede ser inevitable, pero el dolor no tiene que serlo. Dale a tu cuerpo el cuidado que merece este invierno y agenda una cita con nosotros. Juntos derretiremos esos dolores invernales.
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